Hoy he leído en El País digital que las pastillas para dormir son más populares que efectivas, así se titulaba el reportaje. En cierto modo, es cierto ya que según algunos investigadores muchos usuarios de estas pastillas creen que funcionan mejor de lo que realmente es y de lo que demuestran las mediciones de laboratorio.
Pero, ¿de qué nos fiamos, de los antiguos somníferos o de los nuevos?. Un especialista de la Universidad de Filadelfia asegura que "los somníferos no aumentan el tiempo de reposo de manera drástica, ni disminuyen enormemente el tiempo de vigilia". Entonces me pregunto, ¿por qué se las toma la gente?. Pese a ello, hay pacientes que, al tomarlos, muestran un alto grado de satisfacción. Además, habría que resaltar que estas pastillas alteran la percepción de una persona sobre su estado de conciencia.
A pesar de todo, como decíamos ayer en clase de Producción Periodística, una leyenda urbana es la mejor verdad y, la verdad será auténtica mientras no se demuestre que los somníferos no funcionan o que los pacientes lo consideren innecesario.
1 comentario:
Mientras no vendan en las farmacias las pastillas para no soñar de las que habla Sabina...
Aunque a veces, creo que probaría alguna
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