Hoy he leído un reportaje publicado en El País, que se titulaba así "Un país de niños sin hermanos". Y eso ¿por qué?. Decía el reportaje: Las españolas declaran en las encuestas que quieren tener dos, pero el índice de fecundidad se queda en 1,3, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Por debajo de la media europea y eso que no es muy alta, no pasa del hijo y medio. El retraso de la maternidad trae problemas para concebir el primer hijo y tener un segundo, a veces es imposible.
Y es que, ese retraso del que hablamos es causa de la dificultad a la hora de tener un trabajo estable y una vivienda, por ejemplo. Si pensamos, primero hay que acabar los estudios, buscar trabajo, preparar oposiciones, conseguir un empleo fijo. Entonces ahora no es el momento de abandonar, la guardería no tiene un horario acorde, los abuelos están lejos... Cuando toda esta neblina empieza a disiparse va cobrando forma la silueta de otro fantasma, el de la infertilidad. Ya el tiempo se ha ido volando y te ves con más de 30 años.
La edad media del primer parto entre las españolas es a los 29,3 años, una de las más altas de Europa. "Eso es una barbaridad, porque indica que muchas lo tienen ya cumplidos los 35, por ejemplo", explica la demógrafa del CSIC Margarita Delgado. Y cuando se mide la edad media de los embarazos en general superan los 30 años y se ponen a la cabeza de la UE. Precisamente en eso se bate el récord.
Ya pasados los 35 años, empiezan los problemas. Las clínicas de fertilidad lo saben bien. La calidad y la cantidad de los óvulos empiezan a perderse poco a poco, pero a los 37 la curva de la fertilidad "cae drásticamente".
No hay comentarios:
Publicar un comentario